Recientemente visitamos este restaurante y la experiencia fue maravillosa. Como entrada, pedimos las croquetas de canfrajo y wataban, ¡y qué delicia! Estaban perfectamente crujientes por fuera y suaves por dentro, con un sabor increíble que nos dejó queriendo más. Acompañamos la comida con una sangría, que estaba muy rica, refrescante y bien equilibrada, y una margarita igualmente deliciosa, aunque servida con algo de hielo extra. Como plato fuerte, probamos el Filipino roll y el Tuna Spicy roll, ambos estuvieron exquisitos; el sushi fresco y bien sazonado, con la mezcla perfecta de sabores y un toque picante que le dio el toque justo. En general, la comida fue excelente, el ambiente acogedor y el servicio muy atento. Definitivamente volveremos a disfrutar de esta experiencia.
